- He sido desterrado- sentencié ante ilusión.
- Y que harás?
- Irme y esperar para volver.
- No puedes irte solo, sueño, me voy contigo.
De esa conversacion han pasado ya varios años, hoy vivimos en tierra olvido, y falta mucho para volver. Lejos, allá, de la tierra que venimos, reina la desilusión, su consejara es la tristeza y su monje la desesperanza.
El perdón va de lugar en lugar dejando un vacío atras. No hay lugar para el amor, y la amistad solo va de visita.
El orgullo se hizo marquéz, y conde el silencio. La soledad trabaja el campo y el desamor el ganado.
La esperanza... se fue.